Julio Castro es coordinador de la Asociación «Luz En Tu Camino». Es una fundación que fue creada para contener a personas que se encuentran privadas de la libertad y que están por recuperar la misma o en situación de desamparo. Julio aclara al comienzo de la charla en el estudio de FM LIBRE, «yo todo lo pienso y lo digo desde la fe cristiana».
Hace un año comenzó a darle forma a la idea de crear un espacio para quienes cumplen una condena y tienen la difícil tarea de reinsertarse en la sociedad. «Todo lo que digo, lo digo con conocimiento de causa. Yo estuve preso varios años, lo pasé, lo viví. Si uno es culpable o no tras cumplir la pena todos necesitamos una nueva oportunidad y una reinserción social de parte del Estado no existe. Una vez que te dan la libertad te quedás solo». Así de cruda pinta la realidad, quien decidió después de su experiencia, buscar una solución a una problemática que los gobiernos no encuentran o no buscan.
¿Cuál es la finalidad de la Asociación?
-Hace un año surge la idea de formar un espacio para contener y orientar a las personas. El Evangelio dice «el obrero es digno de su salario» y eso es lo que buscamos. Tenemos una bloquera, hacemos huerta, criamos pollos, hacemos pan y tenemos proyectado ir ampliando los trabajos y la producción.
¿De dónde sacan recurso? ¿Quién los ayuda?
– Nos colabora mucho la gente que trabaja en el Poder Judicial, abogados, jueces, la gente de AFIP (que también tuvieron un problema y terminaron unos días en la cárcel). Lamentablemente quienes no nos ayudan son los Gobiernos. El Gobierno Provincial no nos recibe. Es triste porque ni siquiera nos permiten contarles la tarea que realizamos. Nosotros estamos tratando de abrirle una puerta a mucha gente que lo necesita y ellos no cierran la puerta a nosotros.
¿Qué parte de su vida le dedica a la Asociación?
– Yo renuncié a mi trabajo (en blanco, con aportes, mutual, etc.), vendí mi auto para comprar una camioneta que era necesaria para la quinta, dedico mi vida a ésto. Mi familia a veces me dice que estoy loco y yo les respondo que Dios siempre provee a todos. Yo me aferré a Dios y eso hasta hoy me sostiene. Eso te ayuda a ver que alguien dio la vida por vos. Si entendés eso, no podés no mirar al costado para ayudar al otro».
¿Cómo fue que llegó a estar preso?
– Yo con 9 años ya vivía en reformatorios. Mi madre falleció y mi padre se fue. Desde esa época comencé a drogarme con nafta, pegamento, con cualquier cosa. Y lamentablemente en vez de ayudarnos en esos reformatorios, ellos nos mandaban a comprar. Nadie te dice «che eso está mal», nadie te explica que tenés que salir de esa situación, hacerte ver que podés mejorar. No, te decían «che vos que sos de la villa y sabés donde hay no me vas a comprar?».
¿Logró salir de la cárcel y habiendo combatido su adicción?
– Sí lo logré porque Dios me ayudó. La cárcel es otro mundo. Es un lugar tristísimo. Entrás ahí y fuiste. Es fácil entrar y muy difícil salir. Es el final. (Mientras frota sus manos sobre la mesa y clava sus ojos fijos en el micrófono que amplifica su mensaje a los oyentes de la radio, no logra contener las lágrimas que desde algún lugar le recuerdan el dolor y el sufrimiento de sus años de juventud). Vos creés que cuando salís todo va a ser hermoso y no. La discriminación que existe es enorme. Yo aún soy un preso con un beneficio, que es la libertad condicional. Si yo digo en un café que soy un preso la gente se empieza a levantar y se va. Es terrible la discriminación.
¿Cómo se ayuda para que esto no pase?
– Lo fundamental es la familia. Yo le digo a la gente que tiene un pariente, un amigo o un conocido que está preso, no lo dejen solo. No los abandonen, tienen que visitarlos, porque ahí adentro te revelás y te hace falta que alguien te cuente cosas de afuera. Y cuando salís tenés que buscar ayuda, por eso yo estoy luchando por esta Asociación. Nosotros en «Luz En Tu Camino» tenemos una frase de cabecera que es: «si vos te vas vos perdés». La idea es hacerle ver a las personas que aquí van a tener trabajo y se van apoder reinsertar en la sociedad.
¿Cómo se puede colaborar con la Asociación?
– A nosotros todo nos sirve. Colchones, sábanas, ropa, semillas para poder ampliar la huerta, harina para hacer pan, todo lo que la gente pueda donar nos viene bien. La Asociación está ubicada en la localidad de Holmberg, es una quinta que está al lado de la ruta 8 (camino al cementerio) y el teléfono es 0358 – 154847502.
La charla se cierra. La luz roja de AIRE se apaga y Julio dice: «perdonen que me emocione, soy una persona muy sensible». Eso queda claro, muy claro.
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