Victoria Siloff, es abogada y representante de varios internos de la UCA en Córdoba y describió la situación desde el comienzo de la pandemia en esa institución y en el penal de Bower.
“La situación es grave desde antes de la pandemia. Las cárceles de Córdoba son un pozo de muerte. Yo tengo defendidos míos que al salir me han contado lo que se vive allí. Quien ingresa le prohíben usar barbijo, no les brindan las condiciones de higiene. El argumento desde la institución es que necesitan ver las caras de los detenidos”, dijo Siloff.
La abogada dijo que el agua potable es oro para los internos ya que muchas veces desde el servicio penitenciario la cortan intencionalmente. Agregó que tampoco cuentan con el derecho a la comunicación ya que no pueden tener teléfonos celulares y si lo tienen son castigados y sostuvo que el servicio médico es prácticamente inexistente porque generalmente se dan calmantes ante alguna dolencia.
“Una de las medidas que pedíamos no es la libertad para todos sino para las personas condenadas que tenían derecho a algún tipo de condicional. Según nuestro sistema jurídico, una persona es inocente, imputada o sospechosa hasta que se demuestre lo contrario en el juicio. En Córdoba no pasa esto, acá la libertad es el hacinamiento y la solución no es construir más cárceles sino cumplir las reglas”, cerró Siloff.
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