Los niños, niñas y adolescentes son más propensos a los accidentes domésticos por desconocer los riesgos.
Para prevenirlos, es importante conocer los cuidados e indicaciones, y establecer pautas claras de convivencia.
Los principales tipos de lesiones son caídas, quemaduras, intoxicaciones, contactos con electricidad y ahogamiento.
El Ministerio de Salud brinda recomendaciones para prevenir accidentes domésticos, sobre todo, con niños, niñas y adolescentes, ya que, por desconocer los riesgos están más expuestos a este tipo de lesiones.
“Nuestro hogar es el lugar donde más seguros nos sentimos, sin embargo, no se está exento de peligros potenciales, sobre todo en el caso de niños, niñas y adolescentes, ya que, la mayoría de las veces desconocen los riesgos. Por eso, es importante que las personas a cargo de los más pequeños sepan los cuidados necesarios en el hogar y establezcan pautas claras de convivencia”, explicó Ricardo Álvarez, especialista en medicina de emergencias y jefe de terapia intensiva del Hospital Elpidio Torres.
Los principales tipos de lesiones son golpes y caídas – desde la cama u otras alturas-, quemaduras, intoxicaciones con medicamentos, contactos con electricidad y ahogamiento.
Golpes y caídas
Para prevenircaídas de altura y los golpes, se recomienda ubicar camas y cunas en sitios seguros y no dormir a bebés en lugares que representen un riesgo, como, por ejemplo, sillones o sillas. En estos casos también es importante que niños o niñas no tengan a su alcance -o sin supervisión de un adulto- sillas, mesitas o algún objeto que puedan escalar cercanos a ventanas o balcones, y asegurar posibles huecos con mallas de protección.
Además, es fundamental evitar dejar superficies resbaladizas y objetos innecesarios desparramados que puedan ocasionar una caída.
Cuando ocurren traumatismos leves se puede producir un hematoma (chichón), para limitar su formación se puede colocar hielo en la zona afectada. Si el golpe fue en la cabeza, es importante constatar que el niño, niña o adolescente esté consiente, haya llorado y se comporte normalmente. En caso de presentar mareos, irritabilidad, vómitos o si perdió el conocimiento, se debe acudir de inmediato al centro de salud más cercano.
Contacto con la electricidad
La corriente eléctrica puede ocasionar desde lesiones externas, como quemaduras, hasta afecciones internas graves, que pueden dañar los órganos. Las principales medidas para evitar estos accidentes son contar con un disyuntor y llave térmica, y poner protectores de seguridad en enchufes.
“Es importante tener en cuenta que un niño o niña sin calzado en piso húmedo o mojado está en potencial peligro de electrocución, ya sea en baños, lavaderos, cocinas o cualquier espacio después de baldear o regar”, remarcó Álvarez.
En casos de quemaduras eléctricas, si un niño o niña está en contacto con la fuente eléctrica, lo primero que se debe hacer es cortar la corriente eléctrica del hogar (bajar la llave de luz), si no es posible, evitar tocarlo directamente, sino a través de un objeto no metálico, para separarlo de la fuente eléctrica. “Si está con signos de paro cardiorrespiratorio (esta inconsciente y/o no respira), se deberá realizar RCP y llamar a un servicio de emergencia para evaluar la herida y posibles daños, detalló.
Quemaduras
Los accidentes por quemaduras suceden con frecuencia en el hogar, y se pueden ocasionar por tocar enchufes y cables, estar en contacto con superficies a temperaturas elevadas, como estufas, lámparas y hornos, recipientes calientes o con líquidos calientes.
Algunas recomendaciones para prevenirlas son cocinar en las hornallas traseras con los mangos de sartenes hacia adentro, alejar a niños y niñas de la cocina mientras se prepara la comida, colocar protecciones en los objetos calientes y que resultan accesibles, no dejar recipientes expuestos, tener precaución con manteles y al manipular productos peligrosos, y utilizar protectores en los enchufes.
Ante una quemadura leve, es bueno aplicar agua corriente durante 20 minutos, y mantener la zona quemada limpia, lavando con agua y jabón. Si la ropa está pegada a la piel, se puede mojar, pero no retirar, y se debe llamar al servicio de emergencias. En todos los casos se desaconseja aplicar hielo, dentífrico, cremas o ungüentos, tampoco se deben romper las ampollas, si están rotas, cubrir la lesión con una venda estéril.
Intoxicaciones
El riesgo por intoxicación con los niños o niñas es otro de los accidentes más recurrentes en el hogar y pueden ser por inhalación, ingerir o tocar algo nocivo para nuestro organismo, medicamentos, insecticidas, productos de jardinería, pinturas, productos de perfumería, entre otros.
Álvarez explicó que si esto ocurre es importante acudir al centro de salud más cercano, y llevar el envase o nombre del medicamento o producto que ingirió. “No se debe dar nada de tomar, ni provocar el vómito”, remarcó.
Además, instalaciones de gas sin control de gasista matriculado, sumado a la mala ventilación de ambientes pueden generar sustancias nocivas para la salud, como es el monóxido de carbono. Su inhalación suele ocasionar síntomas inespecíficos, desmayos repentinos e incluso la muerte, habitualmente no es percibido hasta que no aparecen los síntomas, eso lo hace muy peligroso.
Para evitar estos accidentes se deben guardar los productos en sus envases originales y en un lugar seguro alejado de los niños y niñas, no almacenar en el mismo lugar distintos tipos de productos (alimenticios, de limpieza, etc.), prestar atención a los indicadores de toxicidad de las etiquetas y no permanecer en habitaciones que hayan sido tratadas con insecticidas hasta que haya transcurrido un tiempo prudencial.
Ahogamiento
Por último, otro de los accidentes es la ingesta de objetos extraños que pueden ocasionar desde ahogamiento hasta diversos trastornos bronquiales y pulmonares. Cualquier objeto pequeño que se pueda introducir por completo en la boca del niño o niña representa un riesgo.
Según el manual de prevención de accidentes, de la Sociedad Argentina de Pediatría, los alimentos en general, y algunos en especial deben considerarse peligrosos. Entre los alimentos más peligrosos están los caramelos y las pastillas pequeñas, las frutas secas, los pochoclos y los maníes. Cualquier alimento sólido “mal cortado” (en trozos grandes) o “poco masticado” es potencialmente riesgoso.
En la prevención es importante no dejar al alcance los objetos que representen un potencial peligro como bolitas, botones, fideos, tornillos, entre otros y no perder de vista al niño o niña. Tampoco se los debe dejar comiendo solos, aunque sepa hacerlo, es necesaria la supervisión de una persona adulta.