Desde antes de las nueve, Fericambio se desplegó a colores desde cercanías del acceso histórico a Agronomía y Veterinaria hasta más allá de la Biblioteca Juan Filloy. En mesas y bajo carpas castigadas por el viento, pequeños productores expusieron, vendieron e intercambiaron semillas, plantines, artesanías, panificados, yerba mate, libros, recetas, entre otros elementos.
La agricultura familiar fue una de las principales figuras de Fericambio, que con entrada libre y gratuita constituyó ya sea un paseo cuanto una ocasión para establecer contactos y reflexionar. Por ejemplo, del mensaje que una Mafalda del colegio Concordia ofrece desde un afiche: “Dime y lo olvido. Enséñame y lo recuerdo. Involúcrame y lo aprendo”.
Enfrente, el stand del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ofrecía degustar una torta de mandarina mientras Bibiana Salas, del área de Comunicación del programa ProHuerta, brindaba información de los lazos del INTA con la comunidad. En Mitre 656, a diario de 7.30 a 12.30 se entregan semillas e información sobre control de plagas y enfermedades. Otro de los datos que compartió Salas fue que en los últimos tiempos está “muy demandado el ProHuerta”, tanto por lo “saludable” de la huerta orgánica como por factores “económicos” y “culturales”; jóvenes retoman hábitos de sus antecesores aunque casi no tengan patio o jardín.
Mientras la 97.7 transmitía en un stand contiguo a la Biblioteca, Violeta Lucca hablaba de algunos de sus libros, “Cuando la realidad se alejan y los sueños hablan” y “En nuestro camino, los ángeles”. A la par, Creaciones Cot y Giu se hacía atractivo por partida doble: alfajores, pizzas y pastas frolas, además de gorros artesanales de lana con figuras de El Hombre Araña, Minions, entre otros personajes.
Entre cactus y porciones de torta, estudiantes de la especialización del secundario Quechalén, escuela de orientación rural sita en Río Cuarto, charlaban con suma soltura aunque dudaban sobre quién podría hablar por la radio.
Pasos al este, el programa de Agricultura Urbana de la Municipalidad y Vivero La Minga, en el Centro Integrador Comunitario de barrio Obrero, mostraba plantines hortícolas y aromáticas producidos por quince adolescentes de 15 a 18 años escolarizados a quienes se les da una beca y capacitación en oficios.
La cooperativa de productores y artesanos del Cuarto Río agrega valor al ganado ovino y caprino. “Se trabaja junto con cátedras de Agronomía y Veterinaria y con el INTA”, contó una de sus integrantes. Se lava la lana y al final del proceso se aprecian tejidos artesanales tersos, suaves en chalecos, sueters, pantuflas y gorras. Además, la cooperativa utiliza el cuero para elaborar prendedores, carteras, morrales, portacubiertos y billeteras.
A la vuelta, alumnos del taller de Cocinando Cultura del Programa Educativo de Adultos Mayores decían presente con sus recetas. En tanto, Bibiana Salas seguía refiriendo a INTA, que participa en actividades de ganadería y conservación de suelos, extensión rural en un marco de buenas prácticas agrícolas y educación al respecto en escuelas primarias.
A metros de Salas y tras viajar desde Carnerillo, en cuyo Instituto Técnico estudia, Milagros Escudero explicaba: “Salimos con un título que es técnico de alimentos, con lo cual participamos del Fericambio exponiendo nuestra producción de dulce de cayota, de naranja, dulce de leche, picles, pimientos, berenjenas en conservas, cascaras de naranja en almíbar, pasta de maní, todas esas variedades”. Pese a las ráfagas que por momento superaron los 80 km/h, estaba contenta: “Aproveche esta oportunidad para conocerla porque dentro de muy poco comienzo la universidad”. A su izquierda, Agustín Molina, de la misma escuela, señalaba: “En tercer año estudiamos todo lo que tiene que ver con los alimentos, no hacemos mucha producción en ese año. Luego empezamos con la producción a pleno”. Y prometía regresar pues tiene “pensado más adelante estudiar Agronomía acá”.
Otra voz audible en Fericambio fue la de Daniela Jara. Integra Enredar y la define como “una red de microemprendedores impulsada por el partido Respeto, que pone a disposición varios dispositivos que los emprendedores pueden aprovechar, como las articulaciones, las donaciones, microcréditos y sobre todo estar en red para poder ayudarnos entre todas para participar de las ferias, para la venta de los productos, la publicidad de los mismos”. Acotó que “acá vinieron varios emprendedores textiles” y “emprendedores de productos comestibles como las conservas, pizzas, galletas de harina de algarrobo, salsas, ajíes”. Agradecida, manifestó que “el Fericambio es un abrir de puertas porque es una mesa en la que participan muchos emprendedores, organizaciones, en donde se puede articular conocimientos, ayudándose entre todos”. Esto estimula para “ir en busca de proyectos más grandes, como la habilitación de alimentos, al trabajar en manera colectiva es más fácil que hacerlo individualmente”.
Fericambio es coorganido por Programa Pro Huerta de INTA, la Municipalidad de Río Cuarto, la Facultad de Agronomía y Veterinaria y la UNRC.
