El arquero cordobés integra el plantel argentino de hockey sobre césped que buscará conquistar el oro en los Juegos Olímpicos.
- Será su primera participación como titular en la máxima competencia olímpica.
- Sus inicios en Córdoba y su carrera profesional alrededor del mundo.
El seleccionado argentino de hockey sobre césped se prepara con grandes expectativas para los Juegos Olímpicos de París 2024, y uno de sus pilares fundamentales es el talentoso arquero Tomas Santiago. Con una destacada trayectoria y una sólida presencia bajo los tres palos, Santiago se ha consolidado como una pieza clave en el equipo nacional.
- ¿Cómo estás viviendo esta previa de cara a los Juegos?
Este es un año olímpico, muy especial para los deportes amateur. Empecé el año bien, a principio de año fui padre, así que fue un comienzo diferente. Hice pretemporada por mi cuenta en Bélgica y en febrero me sumé al equipo, porque tuvimos una serie de Pro League y luego me tocó volver a mi club. Fue un año muy intenso, pero siempre con mucho control por parte del cuerpo técnico ya que necesitamos llegar de la mejor manera a París.
- ¿Cómo se están preparando?
El ciclo olímpico es de cuatro años, pero este ha sido diferente porque Tokio fue en el 2021. Es un proceso de 3 años que culmina, en el último tramo, mucho más intenso. Hubo mucha competencia, muchas concentraciones y entrenamientos. Hace un mes estuvimos en Europa y jugamos 8 partidos en 12 días. Eso estuvo muy bueno para tener mucha información nuestra y de varios rivales. Este último mes es el sprint final, estamos puliendo detalles y tratando de no dejar nada librado para llegar de la mejor manera a Paris.
El cordobés ha demostrado su habilidad y compromiso desde temprana edad, lo que lo llevó a integrar las filas de «Los Leones». Su agilidad, reflejos y capacidad para leer el juego, lo han convertido en un arquero con el carácter necesario para afrontar grandes encuentros en el plano internacional.
- Vayamos a tu comienzo, ¿Cómo llegas al mundo del hockey?
Yo en la selección soy un “bicho raro”, porque hay muchos que son de familia del hockey, la mayoría. En mi caso, nadie de mi familia jugaba, yo de chico hacía fútbol.
Empecé hockey como de casualidad. Con mi familia nos mudamos por el trabajo de mi papá y yo me quedé en lo de un primo. Él había empezado hockey y como tenía que seguir sus actividades, también me sumé. Al principio lo que más me atrajo fue el grupo, un ambiente bastante relajado y sano. Eso fue lo que me llamó y me gustó mucho.
- ¿Pero en tu infancia hiciste otras actividades relacionadas al deporte?
Siempre hice deporte. Yo soy de una familia de cuatro varones, al volver del colegio jugábamos al fútbol u otro deporte, cualquier juego siempre era bueno. Me crié en Unquillo hasta los 13 años y hacía vida de pueblo. Estaba todo el día en la calle jugando al fútbol o haciendo cualquier actividad. Cuando nos mudamos a Córdoba, de casualidad llegué al hockey.
- ¿Dónde empezaste acá en Córdoba?
Empecé a jugar en el Córdoba Athletic.
- ¿Cuál fue el momento bisagra de tu carrera?
Al principio el hockey era más social, era pasarla bien en un ambiente bastante relajado. A través de los seleccionados de Córdoba, en los torneos argentinos te empiezan a ver. Me empezaron a citar a concentraciones regionales, ahí es donde designan o convocan a varios jugadores para la selección sub 21. Cerca de los 18 o 19 años, tenía que viajar todas las semanas de Córdoba a Buenos Aires a entrenar con la sub 21 para el mundial. La primera convocatoria fue a un torneo en Estados Unidos. Después de esa convocatoria hice un cambio en mi cabeza y me propuse dedicarme al 100 %. Entonces, al año siguiente, me fui a vivir a Buenos Aires. El 70% de los clubes masculinos de hockey están en Buenos Aires, si querés estar en la mejor liga del país, tenés que ir ahí.
Si bien la carrera de Santiago ha estado marcada por logros significativos, los comienzos en el deporte de elite no le fueron nada sencillos. Más si se trata de un deporte que aún guarda mucho del espíritu amateur y, para darle un condimento extra, las cosas son más complejas cuando se llega desde el interior del país.