Daniel Montamat recibió este jueves el primer premio a la Trayectoria Destacada que otorga la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Río Cuarto, de la que se graduó como contador público en 1980. Tras el reconocimiento hecho plaqueta, brindó la conferencia «Futuros posibles en la transición energética mundial», en la que expresó la necesidad de acentuar el empleo de energías renovables, aunque apuntó que la guerra entre Rusia y Ucrania genera un regreso al combustible fósil.
El acto tuvo lugar en el aula magna y fue presidido por el decano, Guillermo Mana, quien consideró a Montamat “brillante, con todos los méritos, buen alumno, buen graduado y docente de la facultad”. Asimismo, le agradeció por haber venido sin saber del premio.
El agasajado es abogado y escribano (Universidad Nacional de Córdoba), master en Economía (Universidad de Michigan, Estados Unidos), doctor en Ciencias Económicas (Universidad Católica de Córdoba) y en Derecho y Ciencias Sociales (UNC). Fue también distinguido por el Honorable Senado de la Nación con el diploma al mérito Senador Domingo Faustino Sarmiento, por su contribución a la formación de consensos básicos y políticas de Estado en el área energética (2017). Se ha desempeñado como director y presidente de YPF y ocupado el cargo de secretario de Energía de la Nación y el de presidente de Cammesa. Entre sus múltiples actuaciones también está la de consultor del Banco Mundial y profesor del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética de la Universidad de Buenos Aires.
El tributo a Montamat, quien ha escrito libros concernientes a economía, energía y estrategias para el desarrollo, forma parte de una preceptiva de la facultad orientada a resaltar a “graduados que dejan huella”. El decano Mana fue claro: “El conocimiento debe salir de estas paredes”, sirve “cuando se lo apropia la sociedad civil”. Los universitarios, añadió, “somos privilegiados y por eso debemos asumir un compromiso; la extensión es una obligación”. Hizo énfasis en el rol de la educación para el progreso al recordar “tres palabras” que para Domingo Sarmiento conformaban una “política de Estado: escuelas, escuelas, escuelas”. Desde allí ha de intentarse la transformación y “subir escalones en la calidad institucional”.
Futuro como construcción
Daniel Montamat citó a Marco Tulio Cicerón, Bertránd de Jouvenel y Yuval Harari para dar inicio a su disertación. Del primero tomó la noción de que “el guión del futuro no está escrito en piedra sino abierto”. Al autor de “El arte de la conjetura” lo consignó por sus “futuribles”, marco en el cual es clave aprender de errores del pasado, estar atento a tendencias presentes y construir “un futuro deseable”. Y a Harari lo refirió para contradecir su visión de “homo deus”, por cuanto “el homo sapiens mantiene problemas existenciales” –en contra de lo que sostiene el filósofo israelí- generando pestes y lejos está de la inmortalidad, prueba de lo cual, apuntó, son la pandemia de Covid 19 y la guerra entre Rusia y Ucrania.
El expresidente de YPF evocó que en 1992 la Cumbre climática mundial habló en Río de Janeiro de “desarrollo sustentable”, que conlleva justicia intergeneracional”, por la cual se viva de forma tal que la vida en el planeta sea saludable hoy y mañana. En pos de ello es menester que el mundo empiece a “desenergizar la economía: producir más o igual con menos energía”. En tal escenario asoman energías renovables del orden de la eólica y la solar, que crecen 20 por ciento anualmente, el proceso de electrificación observable en los autos eléctricos y la posibilidad de emplear hidrógeno como sustituto del gas natural en las industrias cementera y siderúrgica. Otra es el uso de “Internet en redes eléctricas” por medio de las “smart greeds”, a través de las cuales el prosumidor hogareño de, por ejemplo, un panel solar puede venderle energía al sistema cuando no lo está utilizando.
Para que el futuro sea de sol y no de tormenta es clave lo que se viene haciendo, la fijación de metas nacionales para reducir emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la concreción de los objetivos es difícil toda vez que debería dejar de consumirse carbón mineral y las energías renovables, que hoy representan del 10 al 12 por ciento del total, tendrían que pasar al 70 por ciento. Sería necesario “sextuplicar la demanda de minerales como cobre, zinc, litio, cobalto, tierras raras, cada uno de los cuales tiene su propia geopolítica”.
Otra muestra de que el ideal verde no es sencillo de alcanzar, especialmente en el corto plazo, es que “California, estado más avanzado del mundo en energías renovables, necesita del apoyo de estados vecinos”. Asimismo, el petróleo, el carbón y el gas natural tienen sustitutos próximos. Además, la invasión de Rusia, “primer exportador de gas natural y tercero de petróleo”, a Ucrania, “vuelve a jerarquizar” el empleo de “combustible derivado del petróleo”.
La guerra en Europa, añadió Montamat, “ha procrastinado la agenda ambiental”: ante una bomba localizada que estalla hoy queda lejos la ecología de 2050.