Ezequiel Sicardi, piloto de aviación, habló con “Piedra Libre” sobre la difícil tarea de quienes manejan los aviones hidrantes para combatir los incendios, que cada vez son más complejos.
“El vuelo de un piloto que combate de incendios forestales es distinto a cualquier otro. Hay que pasar por un curso. Lo que se hace es volar al límite de la menor velocidad para aplicar de la mejor manera los 3000 litros de agua, en cambio, volando a mayor velocidad es más seguro el vuelo, pero es ineficiente la aplicación del agua por la evaporación en el roce con el aire, entonces tenemos que tomar muchas precauciones”, dijo Sicardi.
“Se genera turbulencia porque cambia la presión atmosférica debido a la temperatura del fuego, no te va a derribar el avión, es como si fuese una ruta poceada y estar manejando un auto. Volar un avión para combatir un incendio es lo más peligroso que existe en aviación. El contacto visual con el terreno es clave porque sino es imposible operar”, dijo el piloto.
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