Unas 50 máquinas viales, valuadas en unos 10 millones de dólares -algo más de 150 millones de pesos-, aparecieron de la noche a la mañana en Ingeniero Luiggi, localidad de 4 mil habitantes en el norte de la provincia de La Pampa, lo que ha provocado una enorme inquietud entre los pobladores de esa localidad pampeana.
“Están cambiando de rubro… están pasando de la obra pública al negocio agropecuario”, dijo un profesional de la zona que conoce de cerca no solo los alquileres que se pagan en los dos predios donde están depositadas las máquinas, sino también la compra de un campo de 315 hectáreas, a un ingeniero agrónomo local, valuado en unos 4,5 millones de pesos.
Todas las maquinarias tienen calcomanías donde constan detalles de la firma ArVial S.A. Pero en realidad, en los contratos de alquileres de los terrenos baldíos, donde está estacionada toda la maquinaria, y en el boleto de compraventa del establecimiento agropecuario figura la firma El Granjero S.A.
La firma Rodalsa S.A. fue comprada por el sospechado empresario kirchnerista Lázaro Báez y pertenece al pool de empresas que en Santa Cruz regularmente ganaban licitaciones para la construcción de obras públicas. Un tiempo después, Rodalsa formó una UTE con El Granjero. Y ArVial S.A. usó el mismo CUIT de El Granjero en varias oportunidades.
Hay otro detalle no menor: El Granjero S.A. y ArVial S.A. tienen el mismo domicilio legal en Corrientes 312, departamento 901, de la Ciudad de Buenos Aires donde a su vez figuran otras 40 sociedades. Quien aparece como “apoderado” es un tal Fernando Cid, de La Paz. De acuerdo a lo que pudo saber el medio citado, las máquinas que causaron un verdadero revuelo en Luiggi llegaron desde el sur del país y desde la provincia de Chaco.
“Además, el campo que compraron en menos de un mes lo llenaron de vacas… es muy sospechoso y muy raro todo el movimiento económico que se ha generado”, indicó la misma fuente.
Además, la misma firma El Granjero habría alquilado otros dos establecimientos rurales cercanos al comprado. Todos los contratos se hicieron en una escribanía de General Pico y en la mayoría intervino una inmobiliaria de Ingeniero Luiggi a nombre de Leonardo Nol.
FUENTE: HRDigital