Es para el monitoreo en tiempo real de los embalses de mayor importancia económica, ecológica y social de la provincia de Córdoba. Su finalidad es el acceso al agua segura. El proyecto fue elegido en la convocatoria nacional de “Ciencia y tecnología contra el hambre” y recibirá casi $ 6,7 millones
Desarrollan una herramienta tecnológica innovadora destinada al monitoreo en tiempo real de la calidad del agua con énfasis en la detección temprana de floraciones algales, cianobacterias nocivas y cenizas generadas por incendios en embalses de la provincia de Córdoba utilizados como fuente de agua para el consumo humano.
Recurrirán a imágenes obtenidas por satélites de observación terrestre, sistemas de información geográfica y de alerta temprana, que se agregarán a los monitoreos regulares de calidad del agua que se vienen realizando en estos sistemas, con el fin de implementar una plataforma web que permita visualizar indicadores georreferenciados de calidad de agua con una alta periodicidad temporal.
Beneficiará a dos millones de personas que utilizan como fuente de abastecimiento para potabilizar las aguas de los embalses en estudio, que son los de San Roque, Los Molinos y Río Tercero, los tres de mayor importancia económica, ecológica y social de la provincia de Córdoba. Todo lo cual podrá extrapolarse a otros sistemas acuáticos del país.
“Desarrollo de una herramienta operativa para el monitoreo de la calidad del agua en embalses de la provincia de Córdoba destinados a consumo humano con énfasis en la detección y alerta de floraciones algales, cianobacterias nocivas y cenizas generadas por incendios” es el título de este proyecto que fue seleccionado en el marco de la convocatoria nacional de “Ciencia y tecnología contra el hambre” y será financiado con 6.680.000 pesos, que los investigadores destinarán a la compra de sondas multiparamétricas para el monitoreo de la calidad del agua, un radiómetro de campo, computadoras para el procesamiento de datos, materiales para el trabajo in situ, de laboratorio y gabinete.
Su director es el doctor en Ciencias Biológicas Matías Bonansea, investigador del Conicet y docente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Consultado respecto de en qué consiste el proyecto, el investigador respondió: “En las últimas décadas, los entes públicos y privados prestatarios de agua potable se han enfrentado a problemáticas relacionadas con la factibilidad de proporcionar agua segura a la población, tanto en calidad como en cantidad”.
“El presente proyecto tiene como meta generar una herramienta tecnológica que sirva para monitorear de manera continua y operativa la calidad del agua de los embalses San Roque, Los Molinos y Río Tercero, los cuales son utilizados como fuente de agua para potabilizar destinada a más de dos millones de habitantes de la provincia de Córdoba”.
“Así, además de continuar con los monitoreos regulares de calidad del agua que se vienen realizando en estos sistemas, en este proyecto se espera incluir nuevas tecnologías disponibles, tales como imágenes obtenidas por satélites de observación terrestre, sistemas de información geográfica (SIG) y sistemas de alerta temprana con el fin de implementar una plataforma web que permita visualizar indicadores georreferenciados de calidad de agua con una alta periodicidad temporal. De esta manera, se espera generar una herramienta tecnológica innovadora para entidades o autoridades encargadas del manejo y gestión de recursos hídricos, ya que se dispondrá de un sistema de monitoreo continuo y de alerta temprana de la calidad del agua, el cual será de gran utilidad para facilitar la toma de decisiones referidas al abastecimiento de agua segura, contribuyendo además a la gestión, el manejo y la planificación integral de los sistemas hídricos. Esta herramienta tendrá además la capacidad de informar en tiempo real la detección temprana de floraciones algales, cianobacterias nocivas para la salud y la presencia de cenizas en el agua generadas por incendios forestales que interfieren en la prestación del servicio”.
Matías Bonansea remarcó que “los alcances de este plan podrán ser ampliados al extrapolarse a otros sistemas acuáticos del país con características similares”.
Sobre el propósito trazado, explicó: “El objetivo principal de este proyecto es desarrollar una herramienta operativa para el monitoreo de la calidad del agua con énfasis en la detección temprana de floraciones algales, cianobacterias nocivas y cenizas generadas por incendios en embalses de la provincia de Córdoba utilizados como fuente de agua para consumo humano”.
Facilitar la toma de decisiones respecto de la provisión de agua segura
Este es un proyecto que los integrantes del grupo de trabajo vienen realizando desde hace muchos años en sus respectivas instituciones a través del estudio de diferentes problemáticas y posibles soluciones relacionadas con la calidad del agua y el estado trófico de sistemas hídricos.
“En esta ocasión, la idea fue crear un ámbito donde se conjugaron distintas instituciones con el fin de aunar esfuerzos y ampliar los resultados obtenidos. Así, se espera generar una aplicación web útil para entes gubernamentales y empresas o cooperativas concesionarias del servicio de agua potable, que sea de utilidad para facilitar la toma de decisiones respecto de la provisión de agua segura para la población”, sostuvo el doctor Bonansea.
Optimización de la potabilización, reducción de costos y mejoramiento de la calidad del agua tratada
En cuanto a quiénes está dirigido este trabajo científico, el investigador indicó: “Como población destinataria de la ejecución de este proyecto se encuadran casi dos millones de personas que utilizan las aguas de los embalses en estudio (San Roque, Los Molinos y Río Tercero) como fuente de abastecimiento de agua para potabilizar. Cabe destacar, que estos embalses son los de mayor importancia económica, ecológica y social de la provincia de Córdoba. En particular, el desarrollo propuesto beneficiará a entes gubernamentales y a las entidades prestatarias del servicio de agua potable, las cuales incorporarán una nueva herramienta tecnológica de predicción y evaluación de la calidad del agua cruda que permitirá tomar decisiones operativas en tiempo real, optimizando el proceso de potabilización, reduciendo costos y mejorando la calidad del agua tratada”.
– ¿Qué destino le van a dar a este subsidio que recibirán del Estado?
– Los aportes económicos estarán dirigidos a la adquisición de equipamiento para el trabajo de campo, tales como sondas multiparamétricas para el monitoreo de la calidad del agua, un radiómetro de campo, computadoras para el procesamiento de datos, insumos generales -materiales para el trabajo a campo, laboratorio y gabinete-, servicios de terceros y viáticos para el traslado a la zona de estudio.
Un equipo multidisciplinario
El grupo de trabajo está conformado por un equipo multidisciplinario compuesto por docentes, investigadores, becarios y alumnos de distintas instituciones, como el CONICET, la UNRC, el Instituto de Ciencias de la Tierra, Biodiversidad y Ambiente (ICBIA, CONICET-UNRC), el Instituto Gulich (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), la Universidad Nacional de Córdoba, el Instituto Nacional del Agua (INA), la Subgerencia Centro de la Región Semiárida (INA-CIRSA), la Administración Provincial de Recursos Hídricos de la Provincia de Córdoba (APRHI), la delegación Embalse de la Secretaria de Recursos Hídricos de la Provincia de Córdoba y el Centro de Excelencia en Productos y Procesos Córdoba (CEPROCOR).
En Córdoba hay 16 mil hectáreas ocupadas por aguas de embalses
Al fundamentar su propuesta, el doctor Matías Bonansea, señaló: “El agua es un recurso indispensable para la vida, siendo esencial para el desarrollo económico y social de toda población. La disponibilidad de agua segura, tanto en cantidad como en calidad, es uno de los pilares fundamentales para la salud, el bienestar humano y la seguridad alimentaria”.
Acotó: “La provincia de Córdoba posee una superficie mayor a 16.000 hectáreas ocupadas por embalses o cuerpos artificiales de agua, los cuales son utilizados, entre varios propósitos, para el abastecimiento de agua para potabilizar, generación de energía y atenuación de crecientes”.
“En las últimas décadas, distintas actividades antrópicas, tales como incremento demográfico, actividades agrícolas-ganaderas, incendios forestales, erosión y la minería, han acelerado los procesos de contaminación o eutrofización de estos sistemas. Así, además de favorecer la pérdida de servicios ecosistémicos, la eutroficación genera el deterioro de la calidad del agua, produce grandes pérdidas económicas al interferir con los usos potenciales del recurso y propicia la aparición de mortandades masivas de peces y la proliferación de algas y cianobacterias potencialmente tóxicas”.
“Estas floraciones de algas o cianobacterias son capaces de producir potentes toxinas, las cuales son consideradas por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud emergente de envergadura global, ya que la exposición humana a elevadas concentraciones de las mismas, ya sea por contacto directo, consumo de agua contaminada o consumo de alimentos expuestos a dichas toxinas, puede ocasionar desde síntomas leves tales como fiebre, afecciones dermatológicas y gastrointestinales a patologías más complicadas como neumonías, daños irreversibles en hígado y riñón, y el deceso de las personas”, advirtió el doctor Bonansea.
Por otra parte, remarcó: “Los incendios forestales, además de ser un factor de perturbación importante con graves daños ecológicos y económicos para la sociedad y el ambiente, tienen un gran impacto en la gestión de la calidad del agua. Se espera que las cenizas generadas por los incendios forestales se desplacen por escorrentía a través de los ríos, llegando a los embalses y afectando no sólo su estado trófico, sino también la composición particulada del agua, ya que estas cenizas generan la obstrucción de filtros en plantas potabilizadoras, afectando la disponibilidad del recurso”.
Y agregó: “Es de vital importancia comprender la ocurrencia de estos eventos, monitorearlos de manera efectiva y disminuir los efectos negativos producidos al afectar la calidad del agua consumida por la población. Frente a este escenario, y debido a la importancia que presentan los embalses multipropósito de la provincia de Córdoba, es de vital importancia para las entidades encargadas del manejo y gestión de calidad del agua, tanto públicas como privadas, contar con nuevas herramientas tecnológicas que complementen las técnicas de monitoreo convencional y que permitan implementar programas de monitoreo integrales que sean de utilidad para asegurar la preservación de los recursos y el desarrollo sustentable, alcanzando además buenos estándares de calidad del agua y del ecosistema en general”.
“Estas herramientas, que incluyen la implementación de sensores remotos, técnicas de teledetección, modelos geoestadísticos predictivos, sistemas de información geográfica (SIG) y sistemas de alerta temprana, serán de utilidad para informar sobre la variabilidad espacial y temporal de la calidad del agua, optimizar los usos del recurso e identificar y minimizar riesgos potenciales de contaminación o eutroficación que afecten al sistema o a la salud pública/animal en cada uno de los embalses en estudio”, concluyó.